Piña deshidratada: características y beneficios

Piña deshidratadaEn entradas anteriores hemos hablado de algunos de los beneficios que aporta el consumo de frutas deshidratadas para el organismo y de los procedimientos que se siguen para el secado de las frutas frescas.

En esta ocasión presentaremos algunos puntos de comparación entre las propiedades de las frutas frescas y de las frutas secas y hablaremos en particular de las características que reúne la piña deshidratada y los efectos benéficos que su consumo puede traer para nuestro organismo.

El proceso de deshidratación de los alimentos tiene como finalidad su conservación y, aunque los métodos utilizados para lograrlo y el procedimiento en sí representa la pérdida de la humedad de la fruta y con ello el cambio de las propiedades originales de la fruta fresca, es una de las opciones de conservación alimenticia más sencillas y que permite mantener un gran número de nutrientes en los alimentos.

Para el secado de la fruta se puede emplear el método de secado por aire caliente, o bien, el secado al natural, siendo el primero el más utilizado a nivel industrial gracias a la rapidez del proceso y a que no se corren riesgos de que los alimentos se contaminen por contacto con insectos o fauna nociva, como roedores, ni por partículas suspendidas en el aire.

A pesar de que en comparación con otros procesos de conservación, el secado permite que las frutas conserven una gran cantidad de sus nutrientes, es cierto que la pérdida de humedad en su estructura genera ciertos cambios en su composición, principalmente de fibra y carbohidratos. En este punto cabe mencionar que con el proceso de deshidratación las frutas pierden casi todo su contenido en líquido, por lo que llegan a pesar tan sólo alrededor del 20% de su peso original.

Como acabamos de mencionar, la notable reducción en el porcentaje de agua contenida en las frutas genera ciertos cambios en la estructura de las mismas. Una de las principales, y la que se puede notar más fácilmente al probar la fruta seca, es el incremento en la concentración de la fructuosa, lo que origina un sabor más dulce en la fruta deshidratada en comparación con la fruta fresca.

Además, se da un incremento en los carbohidratos contenidos, lo que representa un aumento de aporte calórico al consumirlas, por lo que al tratarse de frutas de tamaño reducido o en pequeños trozos puede brindarnos más calorías en porciones más pequeñas.

En este punto es necesario mencionar que debido al tamaño reducido y al sabor dulce de las frutas deshidratadas, existe la tendencia general de comer porciones más grandes de lo recomendado, y salvo en caso de que se esté buscando aumentar de peso de manera saludable, se debe tener precaución con las porciones de fruta seca que se consuman.

Por otro lado, efectivamente las frutas secas conservan los nutrientes de las frutas frescas, a excepción de aquellas vitaminas hidrosolubles, como lo es la vitamina C, que se reducen en su totalidad durante el proceso de deshidratación. Cabe mencionar que algunas empresas dedicadas al secado de alimentos suelen agregar azúcares y conservadores artificiales a las frutas, esto con la finalidad de prolongar la conservación de los productos. Todos estos procesos adicionales pueden hacer que la fruta pierda más nutrientes y que incluso se convierta en un producto que afecte al organismo humano.

Otro punto de comparación entre las frutas frescas y las deshidratadas es su conservación. Como hemos explicado, el proceso de secado al que se somete la fruta fresca para obtener fruta deshidratada tiene como finalidad la conservación del alimento y sus nutrientes, por lo que si se mantiene almacenado en un lugar seco y oscuro pueden llegar a durar en buen estado por lo menos 6 meses. Además, si la fruta seca se conserva en una bolsa sin aire puede durar varios meses más en un estado ideal para el consumo humano.

Está de más mencionar que las frutas frescas son perecederas y pueden mantenerse en refrigeración por un tiempo limitado antes de que se descompongan, por lo que las deshidratadas pueden ser una excelente alternativa, principalmente en aquellos lugares en los que no se tiene fácil acceso a fruta fresca o para poder seguir disfrutando de todos los beneficios de las frutas sin importar la temporada del año.

Las frutas que se utilizan para deshidratar son de lo más variadas, pero una que se caracteriza por ser muy demandada es la piña deshidratada. Esto se debe tanto a su sabor como a las propiedades que presenta y todos los beneficios que aporta para el cuerpo humano. La piña es una de las frutas tropicales más conocidas en el mundo y gracias a todas sus propiedades su consumo se incluye en todo tipo de dietas, incluso en aquellas diseñadas especialmente para bajar de peso.

Se trata de una fruta rica en carbohidratos y minerales como el potasio, es una excelente fuente de fibra y tiene propiedades antiinflamatorias, anticoagulantes y diuréticas. Por ello se utiliza para depurar el  organismo, eliminar líquidos, evitar los edemas y tratar problemas digestivos, la diarrea y el estreñimiento; para tratar casos de artritis y de gota y para estimular la circulación sanguínea.

La piña se puede consumir fresca, en jugos, jaleas, purés y postres, pero particularmente su consumo como fruta seca permite a personas de todo el mundo disfrutar del sabor y beneficios de esta especie que sólo se da en zonas tropicales. Entre otros beneficios, la piña es un excelente auxiliar en el tratamiento y prevención de la anemia, pues favorece la absorción de hierro, ayuda en la eliminación de gases y parásitos intestinales y puede aliviar malestares como la fiebre y ayudar a combatir infecciones en la garganta.

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